Los juegos del hambre.



Bienvenidos a los septuagésimo cuartos juegos del hambre, una especie de gran hermano en el cual unos jovenzuelos tienen que molerse a palos los higadillos hasta que solo uno quede en pie. Interesante, ¿verdad? Pues bastante, en mi opinión, y eso que la historia me suena; pero con japoneses, eso sí. Como la autora, según ella, nunca había oído el nombre de cierta novela oriental hasta que la suya no salió a la venta, corramos un tupido velo y centrémonos en el libro que nos ocupa.



Battle Royale (1999 - Koushun Takami).


Los juegos del hambre es el primer libro de la trilogía de (sí, lo habéis adivinado) Los juegos del hambre. La novela pertenece al género distópico, lo que quiere decir que nos encontraremos entre sus páginas un futuro la mar de majo. Es decir, no. Aquí las cosas van bastante mal, con un gobierno tiránico, absolutista y desmoralizador al mando. La alegría de la huerta, oiga. Si habéis llegado hasta aquí a propósito no me creo que, por lo menos, no hayáis visto la película, pero, como hay de todo en la villa del señor, me limitaré a comentar el argumento a grosso modo: Katniss, una chica de dieciséis años, se presenta voluntaria para ir a los juegos el día de la cosecha (el clásico sorteo con mano inocente incluida), pues así intercambia el puesto con su hermanita pequeña, que ha salido seleccionada, para que esta no muera “entre terribles sufrimientos”.




"¡No quiero matar a otros niños, mamá!"







A mí me ha gustado, para qué engañarnos. La novela tiene un doble fondo que nos hará pensar en ciertos aspectos de nuestra sociedad si es que no hemos pensado en ellos con anterioridad. De no ser así, no importa, nos gustará igual. Es entretenida, las situaciones son variadas y, en ocasiones, hasta podemos llegar a sentir cierta tensión en el ambiente. La autora, Suzanne Collins, tiene talento para dejar un gancho al final de cada capítulo, y esto se agradece. Hay que tener en cuenta que este es el primer libro de una trilogía, así que el final nos dejará en plan “¿y ahora qué pasa, amigo mío?” Pero que nadie se atreva a poner como defecto este último punto, porque eso ya sería ser mala persona y todo, eh.




Típico gancho de Suzanne Collins.





Y bueno, como no todos tenemos los mismos gustos, ahora voy a nombrar algunas cosillas que no me han gustado o no me han convencido del todo. El narrador de la historia es la propia Katniss, y tiene una extraña fijación con el presente de indicativo. Nunca me han llamado la atención los narradores en primera persona, pues aproximadamente hasta la mitad de un libro de ese tipo en mi cabeza todo suena tal que así: nací, crecí y estoy aquí. Me aburre. Por fortuna la historia es muy interesante, lo que hará que queramos continuar leyendo para saber cómo acaba todo.

El segundo punto es que en la novela se intuye el poder de ese malnacido gobierno, pero no se llega a saborear del todo. Más de una vez puede que nos preguntemos por qué la gente se comporta de cierta forma cuando podrían simplemente partirle la cara a los cinco guardias, policías o lo que sean los personajes esos que se encargan de la (escasa) vigilancia. Hay muchas cámaras por todas partes, sí, pero a veces da la impresión de que solo están ahí para disfrute de un voyeur de la violencia o un fan de Jersey Shore. Supongo que este detalle se soluciona en los siguientes libros, pero no los he leído todavía, así que no puedo saber si es así o no.

El tercer y último punto es el target o público objetivo de mercado. Está muy claro que el público al que va dirigida la novela es el adolescente de toda la vida. Y si a ese adolescente le gusta la saga Crepúsculo, pues mejor que mejor. Esto se nota en los momentos “pastel”, que empiezan a aflorar demasiado al final de la novela (triángulo amoroso y todo eso), y que pueden resultar empalagosos para algunos. Creo que Los juegos del hambre ganaría, y mucho, si hubiese sido concebida con un target más adulto en mente. Aun así, no os llevéis a engaño, pues la novela que se toca hoy aquí merece la pena aunque seamos unos abuelos cebolleta.




En definitiva, Los juegos del hambre es uno de esos fenómenos de masas que resultan ser buenos por méritos propios y no gracias a una adaptación cinematográfica en la que sale el típico adolescente norteamericano musculado a base de gimnasio, con las cejas depiladas y que no para de poner ojitos a la protagonista durante todo el metraje. Y hablando de películas, es necesario decir que la basada en este libro no está nada mal, y que queda, de hecho, a años luz por delante de Crepúsculo.


Veredicto: Recomendable 100% (Isma’s Seal of Approval!).


Título: Los juegos del hambre.
Editorial: Molino.
400 págs. 18 euros.
Rústica.
ISBN: 9788427202122



2 comentarios:

  1. Yo me lo leí principalmente porque tenía curiosidad por el fenómeno fan que había desatado. Suelo partir de la base que cualquier libro que inicie en la lectura a tanta gente merece mi respeto, y desde ese punto partía mi lectura.
    bien, el primer libro no me disgustó en absoluto. Era fácil de leer y tenía enganche. El segundo ya se me hizo un poco cuestaarriba (el tercero mejora), tal vez porque mi nivel de euforia no era el esperado.
    Sin embargo salí con la sensación de estar ante una saga amena y recomendable para todos. Sale ganando si la comparo con otros fenómenos fan
    Besos

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  2. Gracias otra vez por un nuevo comentario, Mientrasleo.

    Ayer mismo leí los dos primeros capítulos del segundo y me da que me está pasando lo mismo que a ti, que se me hace cuesta arriba (y no sé si lo acabaré dejando). En lo de que sale ganando estoy completamente de acuerdo. Es más, y a cuento del tema, voy a decir algo que será posible motivo de linchamiento (aunque en realidad no se pueda catalogar como fenómeno fan): no me gustó nada, pero nada, El guardián entre el centeno, de J.D. Salinger. Ahí lo dejo. :)

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